jueves, 20 de enero de 2011

El seguro de quiebra de España es el más demandado tras la crisis portuguesa


El mercado inició el nuevo año poniendo a Portugal contra las cuerdas. El temor a que Lisboa fuera incapaz de hacer frente a los pagos de su deuda, elevó a máximos el coste de esta y disparó el perfil de riesgo del país. La expectativa de que el dominó de quiebras que inició Grecia, y continuó con Irlanda, alcanzara la península Ibérica, contagió pronto los peores presagios a España, que vio cómo el tipo de interés asociado a sus bonos alcanzaba cotas no vistas desde 2000. Los inversores aprovecharon la coyuntura para multiplicar las apuestas bajistas contra la marca España, en un volumen sin precedentes.
Los ataques se materializaron mediante los credit default swaps (CDS), una especie de seguros contra impagos, que suponen el paradigma de la ingeniería financiera. Este tipo de instrumentos cubren al inversor ante la posibilidad de quiebra de un valor, incluso si el comprador no posee dichos títulos. Es como contratar un seguro contra incendios para la casa del vecino. La paradoja, impensable en el mercado de seguros tradicional, hace que algunos de los que contratan los CDS sean los más interesados en ver caer el valor. Dadas las sombras de este tipo de operaciones la UE tiene pendiente regular el mercado de OTC, aunque sigue sin dar el paso.
Así, durante la semana del 3 al 7 de enero, los seguros contra impagos de la deuda española movieron más de 3.429 millones de dólares (unos 2.640 millones de euros). Es el mayor volumen de dinero movilizado durante dicho periodo en el mercado mundial de CDS, según DTCC (Depositary Trust & Clearing Corporation), la cámara de compensación y liquidación de EE UU, similar a la que aspira a crear Europa, que registra todos los movimientos del sector. El montante utilizado para asegurar los títulos soberanos de España superó incluso al dedicado a Italia, cuyos bonos lograron el primer puesto en volumen negociado durante la crisis griega. En la primera semana de 2011, sin embargo, la cifra total alrededor de estos últimos se situó en 2.302 millones de dólares (unos 1.772 millones de euros).
La atención que el mercado de los seguros financieros ha dedicado a España ha subido un 20%, si tenemos en cuenta que la media diaria negociada entre marzo y septiembre de 2010 rondaba los 575 millones de dólares, y durante la citada semana fue de 685,9 millones. Además, el número de operaciones de compra venta de este tipo de instrumentos financieros es ya el segundo del mundo, con 190 transacciones en una sola semana. Una cifra solo superada por los 198 contratos registrados sobre Bank of America.
Bélgica se dispara
El mercado de CDS ha experimentado más cambios con respecto al pasado ejercicio. Los seguros contra impago sobre Bélgica han pasado de situarse en el puesto número 31 de la lista, al undécimo, con una negociación que supera los 1.000 millones de dólares en la semana, frente a los 500 de media del pasado año. Por contra, y de forma paradójica, la contratación de impagos sobre los valores portugueses ha pasado de movilizar unos 350 millones diarios a 375 en toda una semana.
Fuente: Cinco Días. 
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viernes, 7 de enero de 2011

Las mutuas de seguros también quieren protagonizar fusiones virtuales para garantizar su supervivencia

Fuente: artículo extraído de Capital Madrid. Escrito por Miguel Ángel Valero sobre la fusiones virtuales de las mutuas de seguro. 


Una de las tendencias del futuro, como se describe en el artículo, es la fusión virtual que, al menos, nos conduce a la tendencia de buscar sistemas de virtualización y computación en la nube, que se suman a la mejora y optimización de los procesos productivos de las pequeñas, medianas y grandes empresas, por medio del Cloud Computing. Aunque, como comentaremos más adelante, son dos temas distintos, os dejamos un artículo muy interesante sobre las mutuas ...



Las mutuas de seguros también quieren protagonizar fusiones virtuales para garantizar su supervivencia


La Junta Consultiva de Seguros, en la que participan la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, la patronal Unespa, y representantes de las compañías, los mediadores, los sindicatos y de los consumidores, celebrada ayer supone la fecha de la apertura de la posibilidad de fusiones virtuales por parte de las mutuas de seguros. Estas entidades habían propiciado, desde la Comisión de Mutuas de Unespa, una propuesta para que en la redacción de la nueva Ley de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados, que debe trasponer a la normativa española la Directiva comunitaria sobre Solvencia II, se introdujera una figura societaria similar a los Sistemas Institucionales de Protección (SIP) en las cajas de ahorros. Como éstas, las mutuas de seguros, al no ser sociedades anónimas, tienen limitaciones a la hora de reforzar su capital, precisamente cuando Solvencia II, que entra en vigor en 2012, eleva significativamente las exigencias en este sentido.
La iniciativa de las mutuas de seguros parte de la convicción de que las nuevas exigencias de capital que supondrá Solvencia II van a propiciar un proceso de concentración en el sector. Y también tiene en cuenta que los requisitos de capital, a partir de 20132, ya no serán homogéneos, sino que dependerán de los ramos en los que opere cada entidad, y también de la diversificación geográfica y de la actividad internacional que pueda conseguir. Sobre todo, de la certeza de que las aseguradoras que puedan operar con menor capital tendrán una clara ventaja competitiva.
El director general de Seguros y Fondos de Pensiones, Ricardo Lozano, se ha mostrado receptivo a esa propuesta que, a través de Unespa, han realizado las mutuas.  La idea de las mutuas es aplicar el SIP que están utilizando las cajas de ahorro para su proceso de concentración. De esta forma, sin perder su naturaleza jurídica, algo que ninguna entidad está dispuesta a renunciar, estas aseguradoras podrán llegar a alianzas que refuercen su solvencia, incrementen su eficiencia y garanticen su competitividad en un mercado dominado por sociedades anónimas. Un camino para ello pasa por compartir determinados servicios, lo que contribuiría a reducir costes, a través de un grupo, que sería sociedad anónima, y que se financiaría con una parte de los beneficios de las mutuas de seguros participantes.
La propuesta de las mutuas de seguros se basa en el modelo francés, donde estas entidades han conseguido crear tres grandes grupos capaces de competir con entidades como AXA o Groupama (cuyo origen fue precisamente mutualista): Covéa, que agrupa a GMF (funcionarios), y a MAAF y MMA (Autos) y accionistas de la española Caser, controlada por las cajas de ahorros; AG2R La Mondiale (Accidente de Trabajo y Previsión Social); y el Groupe MACSF. Pero incorpora también muchas ideas procedentes de las modificaciones en la Ley de Órganos Rectores de Cajas de Ahorro, la famosa Lorca.
Las fusiones virtuales de mutuas de seguros serán factibles con la elaboración de la nueva Ley de Supervisión de los Seguros Privados, al incorporar la Directiva sobre Solvencia II (2009/138 CE). Ésta ya introduce la posibilidad de que las mutuas "puedan crear concentraciones o grupos, no mediante vínculos de capital, sino mediante relaciones oficiales, fuertes y estables".
El artículo 196 de la futura Ley de Supervisión de los Seguros Privados, que debería estar lista para su entrada en vigor antes de 2012, permitirá la constitución de grupos a las mutuas de seguros. La Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones es partidaria de que la entidad cabecera del grupo formado por mutuas de seguros sea una sociedad anónima, igual que el Banco de España quiere que el SIP de las cajas de ahorros sea un banco. Pero las mutuas prefieren que exista también la posibilidad de que la sociedad de referencia tenga carácter mutual.
En cualquier caso, las mutuas de seguros que constituyan un grupo quedarán "sujetas a las instrucciones que determine con carácter vinculante una entidad central en relación a sus políticas de estrategia de negocio, incluyendo las decisiones financieras, así como los niveles y medidas de control interno y de gestión de riesgos". Los acuerdos deberán tener una duración mínima de diez años, como sucede en los SIP de cajas de ahorro. Y aquellas mutuas que quieran abandonar el grupo tendrán que preavisar con dos años de antelación y sólo podrán hacerlo si reciben la autorización del supervisor. Una norma calcada de la que regula las fusiones virtuales de cajas.
Las entidades establecerán compromisos de asistencia mutua en solvencia y en liquidez, y deberán aportar a la sociedad central del grupo una "parte significativa de sus resultados", según las exigencias de la Dirección General de Seguros. Las fusiones virtuales sólo podrán realizarse, según el supervisor, entre mutuas de seguros o entre mutualidades de previsión social. No obstante, Unespa sugiere que se permita una fusión virtual entre una mutua de seguros y una mutualidad de previsión social. Pero la postura del equipo dirigido por Ricardo Lozano es no "juntar peras con manzanas".
La nueva normativa va a facilitar la concentración en el sector asegurador, lo que también beneficia al supervisor, porque tendrá menos entidades que controlar y podrá ser más eficiente en su tarea de velar por la solvencia de los operadores en este mercado. En España operan actualmente 34 mutuas de seguros, y ninguna de ellas figura entre los diez mayores grupos del sector. La más importante era Mapfre, que optó hace unos años por la desmutualización. Mutua Madrileña es la 12ª del ranking; Pelayo, la 26ª, y Fiatc está dos peldaños más abajo. No obstante, tienen un gran peso en el ramo de Automóviles.
También hay una gran atomización entre las mutualidades de previsión social, donde destacan las que prestan servicio a colectivos profesionales, como la Mutualidad de la Abogacía o HNA (Hermandad Nacional de Arquitectos). También es potente la centenaria Mutualidad de Propietarios.

Fuente: Capital Madrid. 
Dirección en la red: 
Autor: 
Miguel Ángel Valero.